A todos nos vienen rápido a la imaginación las minifaldas de Mary Quant, los flequillos de los Beatles y las sillas desechables de Peter Murdoch. Sin embargo, el Swinging London de los años 60, centro de la modernidad mundial, vino precedido por una década no menos revolucionaria en el ámbito del diseño y de los modos de vida, unos años duros en que una Inglaterra victoriosa, pero diezmada tras la guerra, iba a verse obligada a reinventarse y mirar hacia el futuro.
El tradicional imperio británico de los años 50 vio arrebatada su
hegemonía política y económica por la nueva gran potencia del mundo
occidental en lo que resta de siglo: los Estados Unidos, que sirvieron de guía de
la modernidad al tratarse de una cultura ajena a privatizaciones.
Todas las energías y tecnologías que se habían movilizado durante
la guerra se reorientaron hacia un imaginario de lo nuevo, de la
moda, de la juventud y del consumo. El kitsch
victoriano que llenaba las casas británicas de antes, fue rápidamente
sustituido por un nuevo universo de objetos: electrodomésticos y mobiliario de
formas aerodinámicas, materiales plásticos y colores brillantes, cuyo deseo
venía excitado por las revistas ilustradas norteamericanas, devoradas con
avidez por las nuevas generaciones. El
artista Richard Hamilton iba a plasmar con una mezcla de reconocimiento e
ironía ese nuevo imaginario en su famoso collage titulado ¿Pero qué es lo que hace a los hogares de hoy día tan diferentes, tan
atractivos?.
Colage Richard Hamilton |
Este manifiesto del arte Pop británico formaba parte de la exposición que se organizó en la Whitechapel Gallery de Londres en 1956 bajo el sugerente título de "Este es el mañana". La exposición congregaba a artistas, diseñadores y arquitectos en la imaginación de un mañana en ciernes en el que la cultura popular desbancaba definitivamente a la alta cultura en el dictado de las tendencias. Un actor disfrazado de Robby el Robbot, de El planeta perdido, un blockbuster de la época, iba a dar la bienvenida a los visitantes ante el escándalo de la bien-pensante escena artística londinense.
Ese mismo año de 1956, dos participantes del equipo de "Este es el mañana", el matrimonio de arquitectos Alison y Peter Smithson, diseñaron un prototipo de hogar, La casa del futuro, diseñada “para la gente de hoy y de mañana” dentro de una exposición esponsorizada por uno de los creadores de opinión de masas más importantes de Inglaterra, el Daily Mail. Este “hogar” ideal, de formas redondeadas y divisiones flexibles del espacio, se amueblaba con mesas y sillas diseñadas por los mismos Smithson que recordaban a los diseños de otro matrimonio, el formado por Charles y
Ray Eames, al otro lado del atlántico
pocos años antes. Las ideas de ergonomía, adaptabilidad y tecnología que
describían cada uno de los detalles del prototipo de vivienda y su mobiliario
venían acompañadas por otra de uso cada vez más común: El Glamour, una sensación que, según los Smitshon debía envolver a los
visitantes que se acercaran a esos espacios. Este concepto, El glamour, impregnó todos y cada
uno de los objetos de este nuevo universo del diseño de consumo industrial.
Era, respondiendo a la pregunta de Hamilton, aquello que hacía los hogares
modernos “tan diferentes, tan atractivos”.
Solo queda por plantear algunas preguntas : ¿Cómo nos imaginamos las casas del futuro? ¿que muchos diseños de esa época se coloquen en los primeros puestos de tendencias decorativas actuales respalda las "predicciones" del matrimonio Smithson?
¡Espero que os haya gustado! ¡No os vayáis sin responder a alguna de estas preguntas! ¡Gracias!
Solo queda por plantear algunas preguntas : ¿Cómo nos imaginamos las casas del futuro? ¿que muchos diseños de esa época se coloquen en los primeros puestos de tendencias decorativas actuales respalda las "predicciones" del matrimonio Smithson?
¡Espero que os haya gustado! ¡No os vayáis sin responder a alguna de estas preguntas! ¡Gracias!