Google+ Sr-Vintage / Decoración Vintage & Retro Design: abril 2013

martes, 2 de abril de 2013

Piero Fornasetti y el éxito de una obsesión



PIERO FORNASETTI

Nacido en Milán en 1913, hablamos de uno de los artistas icono del siglo XX, al que le caracteriza, además de su estilo único y su prolífica creación (supera los 11.000 artículos), su carácter polifacético: pintor, escultor, interiorista, editor de libros de arte, organizador de exposiciones y promociones a nivel internacional.

Para los amantes del mundo Vintage y los conocedores de las tendencias más chic en decoración, debería de ser casi instantáneo el reconocimiento de gran parte de sus creaciones.

La perfecta fusión del surrealismo y el neoclasicismo con la aplicación de imágenes inesperadas sobre cualquier objeto creó un estilo tan único y personal que el propio Fornasetti huyó del concepto de numeración y firma en sus obras, al considerarlo implícito en estas. Fue después de su muerte (1988) cuando su hijo, Barnaba Fornasetti, incluyó el sello Fornasetti en las re-ediciones que aún se llevan a cabo con las técnicas artesanales de los primeros productos.





Los elementos que surgen de su talento creativo más reiterativos son el sol, los peces, globos aerostáticos… Todo ello con el predominio del blanco y el negro con la tímida aparición de dorados y rojos. Pero sin duda, el símbolo por excelencia del artista italiano es  el rostro de una mujer, descubierto por el artista durante su exilio en Suiza en 1946 cuando llegó a sus manos una revista francesa de finales del s.XIX. La belleza clásica y formal de aquel rostro fue multiplicada en al menos 350 versiones diferentes como tributo de fidelidad a un amor imposible. Él la llamaba Julia, pero su nombre era Lina Cavalieri.





Su nombre de bautismo no era otro que Natalia Cavalieri. Nació el día de Navidad de 1874 en Viterbo (Italia). A la edad de 15 años, quedó huérfana a la custodia de un colegio de monjas de donde escapó con un grupo de titiriteros ambulantes.

Un corset le proporcionaba
esta cintura de avispa.
Gracias a su voz prodigiosa y sus nociones de canto, escasas pero existentes, Lina se introdujo en el mundo del espectáculo en un café-concierto de París, de ahí fue presentada por toda Europa mientras preparaba su voz para ópera. Llegó a ser de las mayores sopranos de la época.

El mismo año en el que debutaba en Lisboa (1900), conocía a su primer marido, el príncipe ruso Alejandro Bariatonsky, quien no consideraba apropiada su carrera para su estatus, prohibiéndosela y dándole las razones que la llevarían a pedir el divorcio.

Su voz y su aclamada belleza melancólica, tan diferente a las demás, fueron los ingredientes perfectos de su éxito: compartió cartel con los mejores tenores de su época (entre ellos Enrico Caruso, en Metropolitan Opera de Nueva York), los primeros dentífricos fueron anunciados con su sonrisa, actúo en varias películas mudas, era conocida como “la mujer más bella del mundo”, se casó otras tres veces (la segunda con el multimillonario americano Robert Winthrop Chanler, la tercera con el tenor francés Lucien Muratore y la cuarta y última con Paolo d'Arvanni) y hasta sufrió un intento de secuestro por un maharajá indio.

Cuando su voz empezó a dar las primeras muestras de cansancio apagándose y perdiendo parte de su riqueza, sus recursos para no renunciar a la vida de éxito, propia de su condición de diva, la llevaron a explotar aquello que no la abandonaba a pesar del paso del tiempo: su hermosura.

Lina Cavalieri
Abrió un salón de belleza en París y en 1914, a vísperas de sus 40 años se encargaba de una columna de una revista femenina y publicó un libro: “Mis secretos de belleza”.

Se dice, se lee, se rumorea… que a Lina Cavalieri normalmente le acompañaba un maletín donde guardaba todas sus alhajas, legado de sus anteriores amantes, y que fue este el causante de su trágico final. Estando en Italia, en 1944 y alistada como enfermera voluntaria durante la II Guerra Mundial, aun sabiendo el peligro que corría al ser anunciado un ataque aéreo, abandonó junto a su marido el refugio y acudió en busca de sus joyas a su casa a las afueras de Florencia, la cual fue bombardeada en ese instante.

Sin duda toda una vida intensa y cargada de triunfo que no pudo pasar desapercibida por el séptimo arte y fue retratada en la película de 1955 de título: “La mujer más guapa del mundo”, protagonizada por Gina Lollobrigida y dirigida por Robert Z. Leonard.


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Pantalla Fornasetti: VENDIDO
(D: 40cm Ancho:23cm)

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